Universidad Pedagógica Experimental
Libertador
Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro”
Especialidad: Lengua y Literatura
Cohorte 2011-2
Problemas
centrales de la filosofía
Yurancy Díaz
Participante:
García Yoly
Junio, 2012
Filosofía antigua
La filosofía antigua se inició en la Antigua Grecia en la zona de Jonia (Asia Menor) a principios del
siglo VI a.C. y se prolongó hasta la decadencia del Imperio Romano en el siglo V d. C. Se la puede dividir en cuatro
períodos: el de la filosofía presocrática, que va de Tales de
Mileto hasta Sócrates y los sofistas, la filosofía ática (período de Platón, y de Aristóteles), y el período post-aristotélico o helenístico. A veces se distingue un quinto período que comprende
a los filósofos cristianos y neoplatonistas. Los dos autores más importantes de la filosofía
antigua, en términos de su influencia posterior, fueron Platón y Aristóteles.
El período de filosofía presocrática se caracterizó por una variedad de propuestas
distintas sobre cómo entender el mundo y el lugar del hombre en él. A causa de
los avances culturales y el intenso contacto con las culturas vecinas, las
ciudades del mundo griego comenzaron a criticar a la tradicional concepción mitológica del mundo, y buscaron una concepción alternativa,
natural y unificada. El pensamiento de estos primeros physiólogoi sólo
nos llega a través de escritos fragmentarios y reportes de otros pensadores
posteriores. Algunas de las personalidades más importantes fueron:
Ø
Los pensadores milesios, que intentaron explicar la naturaleza reduciéndola a
un único principio originario y una materia primordial. Tales propuso que la materia fundamental de la cual todo se
origina y todo está compuesto es el agua; Anaximandro asignó ese rol a lo indeterminado (tó ápeiron),
lo ápeiron, y Anaxímenes al aire.
Ø
Pitágoras y la escuela
pitagórica, para quienes los
números eran el principio determinante y estructura de toda la realidad,
adelantándose de esta manera a un importante principio de la ciencia moderna,
aunque conservando un pensamiento arcaico, al considerar los números como
unidades discretas y no como entidades meramente abstractas.
Ø
Heráclito, quien propone una visión dialéctica de la realidad.
Postuló como estructura de la realidad la razón (el logos), un principio unificador de los opuestos, de cuya
tensión y oposición se constituye la identidad de cada cosa.
Ø
Parménides, quien postuló una ontología de la permanencia y no
del cambio. Parménides señaló la unidad y la inmutabilidad del ser, dado que el
cambio resulta imposible si no existe el no-ser (cuya imposibilidad es lógica).
Ø
Una serie de
filósofos que intentaron aunar las premisas eleáticas con la observación
sensible de la realidad, interpretando conceptos como generación o corrupción a
través de otros como unión o separación de determinados componentes
originarios. Así Empédocles de Acragas funda la doctrina de los cuatro elementos o raíces
-agua, tierra, aire y fuego- de cuya mezcla y separación se forma toda la
realidad conocida, en un ciclo cósmico continuo dominado por dos fuerzas, el
Amor y el Odio. Por otro lado Anaxágoras de Clazomenas, postulará que es imposible que surja algo de donde
no lo hay, sosteniendo que todo está en todo desde el principio, en una
sustancia infinita y de divisibilidad infinita, cuya interacción y mezcla, que
comienza con el impulso de un Intelecto, llamado nous, da lugar a todo
lo que conocemos. Finalmente el pensamiento presocrático llega a su máxima
expresión con el atomismo de Leucipo y Demócrito. El atomismo expresó que todo está compuesto de unas partículas
indivisibles e infinitamente pequeñas llamadas átomos de cuya agrupación, a partir de átomos de diferentes formas y tamaños surge toda la realidad
conocida, sin intervención de ninguna fuerza exterior y de manera mecánica.
Con la aparición de los sofistas a mitad del siglo V a. C., el hombre pasó a ser el
centro de las reflexiones filosóficas. O como dijo Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas, de las
que son en tanto que son, y de las que no son en tanto que no son”. Los
sofistas se ocuparon en particular de problemas éticos y políticos, como la
cuestión de si las normas y los valores son dados naturalmente o son
establecidos por los hombres.
El ateniense Sócrates se convertiría en el modelo de la filosofía europea.
Sócrates conversaba con otras personas y los llevaba por medio de una serie de
preguntas a revelar las contradicciones inherentes a sus posturas (método
mayéutico). Sus
manifestaciones de independencia intelectual y su conducta no acomodada a las
circunstancias, le valieron una sentencia de muerte por impiedad a los dioses y
corrupción de la juventud (véase la Apología de Sócrates).
Debido a que Sócrates no dejó nada por escrito, su
imagen fue determinada por su discípulo Platón. Sus obras en forma de diálogos constituyeron un
punto central de la filosofía occidental. A partir de la pregunta socrática de
la forma «¿Qué es X?» (¿Qué es la virtud? ¿Qué es la justicia? ¿Qué es el
bien?), Platón creó los rudimentos de una doctrina de la definición. También
fue autor de la teoría de las
Ideas, que sirvió de base
a la representación de una realidad con dos partes: el plano de los objetos
perceptibles con nuestros sentidos frente al plano de las Ideas sólo accesibles
al intelecto mediante abstracción. Sólo el conocimiento de estas Ideas nos
brinda una comprensión más profunda de la totalidad de la realidad.
Aristóteles, discípulo de Platón, rechazó la teoría de las Ideas
como una innecesaria “duplicación del mundo”. La distinción entre forma y
materia es uno de los rasgos principales de la metafísica de Aristóteles. Su
escuela comenzó a clasificar toda la realidad —tanto la naturaleza como la
sociedad— en los diversos campos del conocimiento, a analizarlos y ordenarlos
científicamente. Además, Aristóteles creó la lógica clásica del silogismo y la filosofía de la ciencia. Con esto, estableció algunos de los supuestos filosóficos
fundamentales que fueron decisivos hasta la modernidad.
En la transición del siglo IV al III a. C.,
tras la muerte de Aristóteles y la decadencia de las ciudades estado griegas,
las guerras entre los reyes helénicos por suceder a Alejandro Magno volvieron
la vida problemática e insegura. Surgieron entonces en Atenas dos escuelas
filosóficas que, en una clara oposición a la Academia platónica y al Liceo
aristotélico, pusieron la salvación individual en el centro de sus
preocupaciones: para Epicuro y sus seguidores, por un lado, así como para los estoicos alrededor de Zenón de
Citio, por otro lado, la
filosofía servía principalmente para alcanzar con medios éticos el bienestar
psicológico o la paz.
Mientras que los seguidores del escepticismo pirrónico, en principio, negaron la posibilidad de juicios
seguros y de conocimientos indudables, Plotino, en el siglo III d. C., transformó la teoría de las
Ideas de Platón para dar lugar a un neoplatonismo. Su concepción de la gradación del Ser (del “Uno” a
la materia) ofreció al cristianismo una variedad de enlaces y fue la filosofía dominante
de finales de la Antigüedad.
La escuela de Atenas, de Rafael, representa a los filósofos, matemáticos y
científicos más importantes de la antigüedad.
Filosofía medieval
La filosofía medieval es la filosofía de Europa y
Oriente Medio durante lo que hoy se llama el Medioevo o la Edad Media, que se extiende aproximadamente desde la caída del Imperio Romano hasta el Renacimiento. La filosofía medieval se caracteriza principalmente
por intentar conciliar las doctrinas cristianas (pero también judías e
islámicas) con la filosofía heredada de la antigüedad clásica. Algunas de estas
doctrinas fueron especialmente difíciles (como la encarnación y la trinidad),
pero el esfuerzo por resolverlas fue el motor de gran parte de la filosofía
medieval, y llevó a desarrollar conceptos, teorías y distinciones que heredaría
toda la filosofía posterior.
Aunque la influencia de la filosofía pagana fue crucial para la filosofía medieval, la gran
mayoría de los textos de autores clave como Platón, Aristóteles y Plotino fueron inaccesibles a los estudiosos medievales. Los
medievales tuvieron acceso al pensamiento de estos y otros autores
principalmente a través del trabajo de autores patricios como Tertuliano, Ambrosio y Boecio, y
de autores paganos como Cicerón y Séneca. En los siglos XII y XIII, sin embargo, una gran
cantidad de trabajos de Aristóteles reingresaron a Europa desde el mundo
islámico, influenciando enormemente a la filosofía. Este importante hecho
permite dividir a la filosofía medieval en dos períodos: el período antes del
reingreso de Aristóteles, y el período durante y después de su reingreso
El primer período fue marcadamente platónico, con un
estilo generalmente ameno y asistemático, y sin una distinción clara entre teología y filosofía. Algunos de los autores más importantes
fueron Agustín de Hipona, Boecio, Juan Escoto Erígena, Anselmo de Canterbury y Pedro
Abelardo.
El segundo período fue más aristotélico. Asistió a la
creación de las universidades, a una mayor profesionalización y sistematización de
la filosofía, a nuevas traducciones y a nuevas formas de enseñanza. La escolástica fue el movimiento
teológico y filosófico dominante, y entre los autores clave estuvieron Ramon Llull, Tomás de
Aquino, Juan Duns Scoto, Guillermo de Ockham y Buenaventura de Fidanza.
Algunos de los temas
centrales a lo largo de la filosofía medieval fueron: la relación entre la fe y la razón,
la existencia y unidad de Dios, la cuestión de la compatibilidad entre atributos
divinos; el problema del
mal; el problema de la
compatibilidad de la omnisciencia divina con el libre
albedrío; el problema de los universales y la causalidad.
Filosofía renacentista
La filosofía renacentista, o filosofía del Renacimiento, se desarrolló principalmente entre los siglos XV y
XVI, comenzando en Italia y avanzando hacia el resto de Europa. En el Renacimiento,
la filosofía todavía era un campo muy amplio que abarcaba los estudios que hoy
se asignan a varias ciencias distintas así como a la teología. Teniendo eso en
cuenta, los tres campos de la filosofía que más atención y desarrollo
recibieron fueron la filosofía política, el humanismo y la filosofía natural.
En la filosofía política, las rivalidades entre los estados nacionales, sus
crisis internas y el comienzo de la colonización de América renovaron el interés por problemas acerca de la naturaleza
y moralidad del poder político, la unidad nacional, la seguridad interna, el
poder del Estado y la justicia internacional. En este campo destacaron los
trabajos de Nicolás Maquiavelo y Jean Bodin.
El humanismo enfatizó la centralidad de los seres humanos en el universo, su enorme valor e importancia. Este
movimiento fue antes que nada un movimiento moral y literario, y fue
protagonizado por figuras como Erasmo de Rotterdam, Santo Tomás Moro y Michel de Montaigne.57 Hubo además un retorno parcial a la autoridad de Platón por sobre Aristóteles, tanto en su filosofía moral, en su estilo literario
como en la relevancia dada a la matemática para el estudio de la naturaleza
La filosofía de la naturaleza del Renacimiento quebró con la concepción medieval de
la naturaleza en términos de fines y ordenamiento divino, y comenzó a pensar en
términos de fuerzas, causas físicas y mecanismos. Nicolás Copérnico, Giordano
Bruno, Johannes Kepler, Leonardo da
Vinci y Galileo Galilei fueron precursores y protagonistas en esta revolución científica, y Francis Bacon proveyó un fundamento teórico para justificar el método empírico que habría de caracterizar a la revolución. Por otra
parte, en la medicina, el trabajo de Andreas
Vesalius en anatomía humana revitalizó la disciplina y brindó más apoyo al método
empírico.
El Hombre de Vitruvio, de Leonardo Da
Vinci, resume varios de
los ideales del pensamiento renacentista.
Filosofía
moderna (siglos XVII y XVIII)
René
Descartes rompió con la
tradición escolástica, dando inicio a la filosofía moderna en general y al
racionalismo en particular.
La filosofía moderna se caracterizó por reconocer
plenamente la preeminencia de la gnoseología por sobre la metafísica, argumentando que antes de intentar conocer lo que
hay, es prudente conocer lo que se puede conocer.
Los principales debates de esta época fueron, por lo
tanto, debates gnoseológicos. El racionalismo, la escuela que enfatiza el papel de la razón en la
adquisición del conocimiento, tuvo sus principales proponentes en René Descartes, Baruch
Spinoza y Gottfried Leibniz. Por el otro lado, la escuela empirista, que sostiene que la única fuente del conocimiento es
la experiencia, encontró defensores en Francis Bacon, John Locke, David Hume y George
Berkeley.
En 1781, Immanuel Kant publicó su famosa Crítica de la razón pura, donde rechaza ambas posturas y propone una
alternativa distinta. Según Kant, si bien todo nuestro conocimiento empieza
con la experiencia, no todo se origina de ella, pues existen ciertas
estructuras del sujeto que anteceden a toda experiencia, en tanto son las
condiciones que la hacen posible. Esta postura inspiró lo que luego se llamó el
idealismo alemán.
Filosofía del siglo XIX
Generalmente se
considera que después de la filosofía de Immanuel Kant, se inició otra etapa en la filosofía, en gran parte
definida por ser una reacción a Kant. Este período empezó con el desarrollo del
idealismo alemán
(principalmente Fichte, Schelling y Hegel), pero siguió con una cantidad de otros movimientos,
la mayoría de los cuales fueron creados por filósofos trabajando desde fuera
del mundo académico
- En Alemania, los excesos metafísicos del idealismo dieron lugar a un movimiento neokantista.
- Kierkegaard y Nietzsche sentaron las bases para la filosofía existencialista.
- Auguste Comte acuñó el término «positivismo» y popularizó la escuela del mismo nombre.
- En la ética, Jeremy Bentham y John Stuart Mill elaboraron el utilitarismo, según el cual la acción correcta es aquella que produce la mayor cantidad de felicidad general.
- Karl Marx y Friedrich Engels invirtieron la filosofía hegeliana para fundar el materialismo dialéctico.
- En los Estados Unidos, Charles Sanders Peirce, William James y John Dewey dieron origen a la escuela pragmatista.
- Por el final del siglo, Edmund Husserl inició la escuela de la fenomenología.
- En el último tercio del siglo, Gottlob Frege empezó con su trabajo en lógica matemática, que habría de proveer las herramientas para la filosofía analítica, pero que permanecería desconocido hasta el siglo XX.
Filosofía del siglo XX
En el siglo XX, la mayoría de los filósofos más
importantes trabajaron desde dentro de las universidades, especialmente en la
segunda mitad del siglo. Algunos de los temas más discutidos fueron la relación
entre el lenguaje y la filosofía (este hecho a veces es llamado «el
giro lingüístico») y las implicaciones filosóficas de los enormes desarrollos
en lógica a lo largo de todo el siglo.
Las tradiciones filosóficas más significativas y
abarcadoras del siglo XX fueron dos:
La filosofía analítica se desarrolló principalmente en el mundo anglosajón, y debe su nombre al énfasis que al principio puso en
el análisis del lenguaje por medio de la lógica formal. En la segunda mitad del siglo, sin embargo, la
filosofía analítica dejó de centrarse sólo en el lenguaje, y la unidad de la
tradición recayó en la exigencia de claridad y rigor en la argumentación, en la
atención a los detalles y en la desconfianza hacia los grandes sistemas
filosóficos. Algunos pensadores tempranos que se asocian a la tradición
analítica son Gottlob Frege, G. E. Moore, Bertrand
Russell, Ludwig Wittgenstein y los integrantes del Círculo de Viena, y más adelante Willard van Orman Quine, Saul Kripke, John Searle y Donald
Davidson, entre otros.
En su obra Principia Mathematica de 1910-1913,
Russell y Whitehead
intentaron establecer una báse lógica de la aritmética pero su intento se vio
anulado en 1931 por el descubrimiento de Gödel: Sobre proposiciones formalmente indecidibles de Principia Mathematica y sistemas relacionados.
La segunda tradición principal del siglo XX resulta
aún más difícil de caracterizar que la filosofía analítica. La filosofía continental se desarrolló principalmente en la Europa Continental (de ahí su nombre), y se caracterizó por ser más especulativa y por dar más importancia a la historia que la filosofía analítica. La fenomenología, el existencialismo, el estructuralismo, el postestructuralismo y la postmodernidad son algunas escuelas que caen dentro de esta
tradición. Algunos
de sus autores más influyentes fueron Edmund
Husserl, Martin Heidegger, Jean Paul
Sartre y José Ortega y Gasset en la primera mitad del siglo, seguidos por Michel Foucault, Jacques
Derrida, Noam Chomsky, Hannah Arendt y Gilles
Deleuze en la segunda.
Problemas centrales de la Filosofía
Los problemas fundamentales de la filosofía rebasan el
tiempo y el espacio por ser problemas genéricos, es decir comunes a todo el
género humano, lo que cambia es el modo de abordarlos.
Problema
Ontológico.
El problema ontológico es él más fundamental ya que
las cosas coinciden es que las cosas son algo. Las respuestas principales son
que ese ser es de materia o bien de una materia superior.
El problema del ser en la Filosofía griega antigua.
Este problema surge de la contemplación del orden
maravilloso que predomina en el universo Igualmente no hay un día igual a otro
día ni una noche igual a otra noche, según los milesios ello se debe a que
todas las cosas proceden de una misma sustancia que dieron nombre de arché
(Principio o raíz) y es la que permanece inmutable a través del cambio. Pero es
tal sustancia no coincidían.
Ø Para Tales - Era el Agua.
Ø Milesios Para Anaxímenes Era el Aire.
Ø Para Anaximandro -Era el Apeirón.
De igual manera surgen los pitagóricos y ellos piensan
que:
Ø Para Pitágoras - Era el Número.
Ø Para Heráclito - Era el Fuego.
Ø Para Parménides - Era el Ser.
Ø Para Empédocles - Era la Tierra, El Aire, El Fuego y
El Agua.
Ø Para Anaxágoras - Era el Nous (Semillas, gérmenes)
Ø Para Demócrito - Era el Átomo
Ø Para Protágoras - El Cambio continuo.
Teoría Platónica de las ideas.
De acuerdo con Platón existen 2 mundos, el mundo inteligible
(el verdadero) y el mundo sensible (solo es sombra del anterior)
Teoría aristotélica del acto y la potencia.
Al ser no se tiene o posee determinada perfección o
cualidad, pero puede adquirirla el ser en acto es el que ya posee dicha perfección.
El problema del ser.
Santo Tomás de Aquino adopta la teoría del ser de
Aristóteles y la adapta a los dogmas Cristianos así que utilizó la teoría del
acto y la potencia para demostrar la posibilidad de la creación.
En la filosofía moderna a diferencia de la antigua en
donde predominan las tendencias realistas en la filosofía moderna existe la
tendencia de acuerdo con la realidad. Esta tendencia se inicia con René
Descartes.
Problema.
|
Asunto.
|
Disciplina.
|
Ontológico.
|
Ser en general.
|
Metafísica
|
Gnoseológico
|
El conocimiento.
|
EN GENERAL - Gnoseología
CIENTÍFICO –Epistemología
|
Axiológico
|
EN GENERAL
El valor.
EN ESPECIAL.
|
Axiología.
VERDAD Lógica. BONDAD Ética.
BELLEZA Estética.
|
El problema fundamental de la filosofía y el hombre.
Historia de su planteamiento.
Historia de su planteamiento.
Filosofía, Ciencia y
Cosmovisión
La filosofía como forma específica de
la conciencia social. La filosofía como núcleo teórico de la cosmovisión y su
relación con el cuadro científico del mundo. Función cosmovisiva de la
filosofía. El objeto de estudio de la filosofía: su evolución. La relación del
hombre hacia el mundo como objeto de reflexión filosófica. El objeto de estudio
de la filosofía marxista-leninista: su diferencia con la filosofía premarxista.
Concreción del objeto de estudio a través del problema
fundamental de la filosofía. La actitud humana y el problema fundamental de la
filosofía en sus dos aspectos. El partidismo filosófico y el problema de la
relación hombre-mundo. La determinación clasista de la filosofía. Función
ideológica de la filosofía.
El método en filosofía y su relación con el problema
de la actividad humana: dialéctica y metafísica. Función metodológica de la
filosofía.
Materialismo
e idealismo en torno al problema del hombre en la filosofía premarxista.
El problema del hombre, su enajenación y libertad como
problemática central de la filosofía clásica alemana.
Tratamiento de la actividad humana desde las
posiciones del idealismo en la filosofía clásica alemana. Carácter
sociohistórico del sujeto en la filosofía hegeliana. Papel activo del hombre en
Hegel. La solución intelectualizante al problema del hombre en la filosofía de
Hegel.
La dialéctica como aporte fundamental de la filosofía
clásica alemana. La limitación de su «punto de partida»: el idealismo.
Significación de la filosofía de Feuerbach para el desarrollo
de la problemática del hombre en la filosofía clásica alemana. Crítica de
Feuerbach al idealismo en general y especialmente al hegeliano: la
desmistificación antropológica de la Idea; él «hombre sensible» y la ruptura
con el tratamiento hegeliano de la «esencia del hombre» El cambio del punto de
partida en la filosofía: el materialismo antropológico.
La práctica revolucionaria como solución dialéctico-materialista al
problema del hombre en la filosofía marxista.
La crítica de los clásicos del marxismo-leninismo al
defecto fundamental del materialismo precedente a través de la crítica de
Feuerbach: su carácter contemplativo en el tratamiento del problema del hombre.
Insuficiencia del materialismo contemplativo para la fundamentación de la
cosmovisión revolucionaria del proletariado. La dimensión
práctico-revolucionaria de la filosofía marxista-leninista. La práctica
revolucionaria como fusión cualitativamente superior de los logros del
tratamiento del hombre en la filosofía anterior a Marx. Él «nuevo materialismo»
como instrumento teórico para la transformación revolucionaria del mundo.
Condiciones socioeconómicas y políticas para el
surgimiento del marxismo. La filosofía clásica alemana como fuente teórica
inmediata de la filosofía marxista-leninista. El socialismo utópico del siglo
XIX y la Economía Política inglesa como fuentes teóricas del marxismo. Premisas
científico-naturales que contribuyen al afianzamiento de la concepción
filosófica del materialismo dialéctico. El surgimiento de la filosofía
marxista-leninista como necesidad histórica.
El problema fundamental de
la Filosofía: la relación entre el ser y el pensar.
La filosofía marxista divide toda la filosofía anterior y posterior en idealista o materialista en función de la respuesta que se dé a este problema. Si se dice que el ser prima o determina sobre el pensar se es materialista; si se afirma que el pensar determina sobre el ser se es idealista.
La filosofía marxista divide toda la filosofía anterior y posterior en idealista o materialista en función de la respuesta que se dé a este problema. Si se dice que el ser prima o determina sobre el pensar se es materialista; si se afirma que el pensar determina sobre el ser se es idealista.
En realidad aquí se encuentra reflejado no el problema que
tiene el marxismo-leninismo, sino el problema que tiene cualquier filosofía que
opere con conceptos abstractos. ¿Qué es el ser? ¿Qué es el pensar?
Para enfocar este problema el método es decisivo, porque o se
escoge el método metafísico, abstracto de análisis o se busca el contacto con
la realidad que se pretende describir, lo concreto.
¿El pensar no posee, él
mismo, ser?
De acuerdo a los últimos conocimientos fisiológicos el pensar
radica en la parte delantera del lóbulo frontal del hemisferio izquierdo. En
último extremo la base del pensar radica en la actividad eléctrica de las
neuronas. Existe, por lo tanto, un fundamento físico del pensar y expresado en
forma inversa el pensar es la actividad de un ente o de una parte de un ente
físico (el cerebro)
¿La relación entre el pensar y el ser es entre el pensar y su
propio ser como pensamiento, es decir, la relación entre el pensar y las
neuronas? Si el pensar se debe al ser fuera de sí, ¿el ser propio del
pensamiento, las neuronas, está en ese caso subordinado al pensar?
Aquí se pudiera producir todo un mejunje de relaciones contradictorias producto del uso de conceptos tan abstractos y generales como lo son el pensar y el ser.
Aquí se pudiera producir todo un mejunje de relaciones contradictorias producto del uso de conceptos tan abstractos y generales como lo son el pensar y el ser.
Definamos nuestro propio método: Remitimos el lector al uso que
se hace en toda la física sobre el sistema de referencia o punto de vista de
un observador y por otra parte a la concretización de los términos
demasiado abstractos. Aquí existen dos problemas en función de dónde se sitúa el
observador. Si el observador se sitúa dentro del cerebro el pensar es la
actividad de una zona específica del cerebro (relacionada o no con otras
partes) y esa actividad es producida, un producto, de esa zona y a su vez
ejerce una acción modificadora sobre su base. El daño material de partes del
cerebro conlleva la afectación de distintas capacidades del mismo, por lo que
la actividad del pensar requiere cierto ordenamiento y estado del sustrato
cerebral. Por otra parte, si el cerebro no se ejercita presionado por el
entorno social (como es el caso de los niños criados por animales), se producen
también daños irreparables en el órgano lo que establece que la historia
del pensar también modifica el cerebro. Es decir, el pensar determina su propio
ser.
Además, si el observador se coloca fuera del cerebro entonces
el problema es otro: ¿de qué manera de relaciona lo externo (la realidad
objetiva) con la actividad del pensar del sujeto anterior? Aquí estamos
hablando de un problema de correspondencia. ¿Hasta dónde corresponde el pensar
a la realidad? Lo interesante es que puede haber correspondencia o puede no
haberla. El observador externo juzga en esto hay correspondencia y en esto otro
no. Pero, por otra parte, en lo externo hay pensamiento materializado, no sólo
en objetos materiales sino en relaciones sociales, por lo que en este sentido
el pensamiento puede corresponder o no con pensamiento materializado en lo
externo al sujeto y además pudiera materializarse y dejar su huella en la
realidad externa.
Para complicar aún más el problema, tenemos que darnos cuenta
que ese observador externo no existe en la realidad, es tan sólo una proyección
de nuestra mente para poder observar nuestros pensamientos y la realidad
simultáneamente. El observador externo es un enmascaramiento de una tercera
presencia que no es más que el conjunto social que nos rodea. Es la sociedad la
que juzga si un pensamiento dado corresponde a la realidad o no. Este pequeño
fragmento de nuestro método define la FC (Filosofía Concreta) desde el comienzo
mismo:
Ø La FC asume la exposición de las diferentes ramas de
la actividad material, técnica, científica de las sociedades más desarrolladas
de nuestra época y trata de darles una interpretación general.
Ø La FC asume que el pensar es la actividad de un
conjunto material (una parte del cerebro) que ayuda a organizar con su
actividad y que no se puede organizar adecuadamente si no es bajo una presión
social.
Ø La FC asume que el pensar puede concordar o no con una
realidad externa y que el juez de esa correspondencia es la sociedad que rodee
al individuo en cuestión.
El
planteamiento de sí el ser determina el pensar o a la inversa es un
enmascaramiento de los problemas reales del pensar y de la realidad y como todo
pensamiento abstracto nos hace navegar en un mar de imprecisiones.
Por ejemplo, si él "ser" se refiere a toda la
existencia ¿al pensar de quién se refiere? ¿Al de toda la humanidad? ¿Existe un
pensar colectivo? ¿O es el pensar de un individuo abstracto que se ha
idealizado y que por lo tanto no existe en concreto? De acuerdo al marco de
referencia que podemos usar solamente podemos referirnos al pensar, si es
razonable tal generalización, por parte de la humanidad, de una sociedad o del
individuo y tenemos que dejar a un lado por falta de información adecuada el
posible pensar extraterrestre o divino. Pudiera darse el caso de que alguien
creyera que él "ser" del universo tangible prima sobre el pensar de
la humanidad -un materialista por la definición marxista-, pero que a su vez
creyera que el pensar divino prima sobre todo el universo y el pensar de la
humanidad, y en este momento la clasificación se torna dudosa.
La no muy dichosa definición de Lenin sobre la materia posee la misma vacuidad de los planteamientos metafísicos cuando afirma que materia es la realidad objetiva que existe independientemente de la voluntad del hombre. Para el creyente Dios existe en la Realidad Objetiva independientemente de nuestra voluntad. Y por otra parte si se manifiesta que la realidad objetiva es independiente de la voluntad del hombre, entonces la voluntad del hombre ¿no es una realidad objetiva? ¿No forma parte de la realidad objetiva? ¿No hay en la actualidad una parte considerable de la Realidad Objetiva que es producto histórico de la voluntad del hombre? Esos absurdos se producen en la doctrina marxista-leninista -y en muchas otras creencias- por una falla metodológica sobre tres puntos esenciales: la esencia inexacta del lenguaje, el abuso o, inclusive, el uso de categorías abstractas y la no toma en consideración del aspecto psicológico.
La no muy dichosa definición de Lenin sobre la materia posee la misma vacuidad de los planteamientos metafísicos cuando afirma que materia es la realidad objetiva que existe independientemente de la voluntad del hombre. Para el creyente Dios existe en la Realidad Objetiva independientemente de nuestra voluntad. Y por otra parte si se manifiesta que la realidad objetiva es independiente de la voluntad del hombre, entonces la voluntad del hombre ¿no es una realidad objetiva? ¿No forma parte de la realidad objetiva? ¿No hay en la actualidad una parte considerable de la Realidad Objetiva que es producto histórico de la voluntad del hombre? Esos absurdos se producen en la doctrina marxista-leninista -y en muchas otras creencias- por una falla metodológica sobre tres puntos esenciales: la esencia inexacta del lenguaje, el abuso o, inclusive, el uso de categorías abstractas y la no toma en consideración del aspecto psicológico.
Bajo
una relación puramente abstracta se quiere dar respuesta a planteamientos muy
concretos: ¿Existe Dios? ¿Pueden los espíritus -pensar puro- vivir
independientemente de la materia? La filosofía relacional no fuerza una
respuesta para problemas que en esencia están mal planteados. Si se plantea que
Dios existe, pero que no muestra relación actual constatable con el universo
conocido, no entra dentro de su contenido, porque la filosofía relacional sólo
toma en cuenta lo que presenta relación. Si se dice, por ejemplo, que Dios creó
al Universo a partir del Big-bang, eso entra dentro de lo posible según nuestro
punto de vista. Si se dice que Dios tiene relación actual con el universo, pero
con su poder borra sus huellas; es decir, nos oculta su relación, no podemos
constatarlo ni en un sentido ni en otro y queda en el campo de la fe: creer o
no creer.
Existe cierta incongruencia en negar los supuestos
científicos y luego montar tan campantes en un automóvil. Aunque es posible
aceptar la mano divina detrás de esos acontecimientos o en su interior. El
Universo es algo así como la respiración o renovación de Dios, un concepto ya
expresado por los hindúes. En la FC usted puede sustituir el concepto de la
cosa en sí por el de Dios y sigue dentro de la FC, porque la FC se define en su
fundamento por el rechazo la especulación abstracta, su apego a los métodos y
hallazgos de las ciencias, sobre el concepto de lo que es creencia, sobre el
criterio de la verdad como acuerdo social de un grupo dado y sobre que la
esencia humana radica en su capacidad de imaginar.
En realidad, parodiando al marxismo, la FC puede dividir en concretas o abstractas las filosofías en dependencia de sí dependen más de los sentidos y las percepciones, y por lo tanto, de los contenidos científicos, que del pensamiento abstracto, admitiendo un cierto terreno intermedio de Concretas-Abstractas o Abstractas-Concretas. La FC no es la más concreta de las filosofías, lugar ocupado por las filosofías para científicas como las de Hume, Comte, etc., y más bien se acerca al terreno de las Concretas-Abstractas como la de Feurbach. La Filosofía Marxista es una filosofía abstracta, es una filosofía especulativa que hereda el método especulativo de Hegel.
En realidad, parodiando al marxismo, la FC puede dividir en concretas o abstractas las filosofías en dependencia de sí dependen más de los sentidos y las percepciones, y por lo tanto, de los contenidos científicos, que del pensamiento abstracto, admitiendo un cierto terreno intermedio de Concretas-Abstractas o Abstractas-Concretas. La FC no es la más concreta de las filosofías, lugar ocupado por las filosofías para científicas como las de Hume, Comte, etc., y más bien se acerca al terreno de las Concretas-Abstractas como la de Feurbach. La Filosofía Marxista es una filosofía abstracta, es una filosofía especulativa que hereda el método especulativo de Hegel.
Toda confusión se aclara con la reflexión.
La filosofía ha sido un tema considerado oscuro para
muchas personas que intentaron aproximarse a esta disciplina. Sin embargo, día
a día se van sumando adeptos que ya no temen sumergirse en las profundidades
complejas del saber filosófico y que por el contrario permanecen entusiasmados
y asombrados al darse cuenta del cambio mental que operan estos conocimientos
en las personas que se atreven en incursionar en este campo.
Como toda introducción a cualquier otra área del
saber, se necesita un método, o sea una forma de encarar el abordaje que sea
más sencillo que haga posible que esta tarea sea menos gravosa.
Ante todo es importante tener bien claro cuál es el
objeto de estudio de la Filosofía, después que haber quedado aislada y de haber
sido diezmada por el desarrollo de las ciencias naturales y el rigor del método
científico.
La filosofía no se limita a tener información objetiva
de un objeto de estudio sino que también reflexiona sobre sí mismo y es de esta
reflexión que surge la problemática con la que la filosofía se enfrenta.
El filósofo se encuentra frente a las dificultades
como el ser o el sentido del conocimiento, el misterio de la vida, el origen
del universo y del hombre, por el sólo hecho de pensar.
La filosofía se ocupa no sólo de detectar estos
problemas sino que trata de considerarlos y de resolverlos.
Para lograr este propósito la filosofía debe utilizar
un sistema teórico coherente y lógico que explique el mundo de la manera más
amplia posible.
Esta explicación a todo lo que existe tiene que lograr
justificar la vida del hombre como tal, de manera que le permita adoptar una
cierta actitud.
La filosofía puede tratarse de modos de ver el mundo
que incluyan otros niveles de conocimientos además de la razón, sólo
alcanzables a través de una experiencia mística.
El propio objeto central de la filosofía es difícil de
definir y comprender. Se trata del Ser. El Ser expresa lo más general que puede
decirse de una cosa, sea cual sea, real, posible o concebible.
El problema del Ser presenta dos aspectos: la realidad del ser o el ser
como algo pensado.
Este Ser para poder definirse no puede ser algo que
cambie, por lo tanto debe ser algo que no cambie o algo que haga posible los
demás seres o como algo único que tiene distintas formas de manifestación.
El problema del ser conduce al problema de Dios,
al que siempre se considera como el ser por excelencia.
Por otro lado existe el problema del cosmos que
se relaciona con todo lo que la ciencia puede promover.
El problema del hombre es el enigma más grande. El hombre forma parte del cosmos, pero al mismo tiempo es capaz de pensar,
reflexionar, sentir, preguntarse por el sentido de la vida y de las cosas que
lo rodean.
Por último es el problema del conocimiento desde
dos puntos de vista, desde él mismo y su estructura y desde su relación con lo
conocido.
Estos problemas en toda filosofía dependen uno de los
otros.Por esta razón la filosofía se divide en distintos campos: la
filosofía del conocimiento, la filosofía teórica y la filosofía práctica.
El problema del conocimiento se ocupa la lógica que a su vez se divide en
formal y metodológica según se ocupe de la estructura del conocimiento o de los
sistemas para obtenerlo; y la teoría del conocimiento que estudia la
relación del conocimiento con la realidad.
La filosofía teórica es la que se ocupa principalmente del ser y se
denomina ontología.
Si se distinguen diversos tipos de seres origina
disciplinas teóricas especiales como la cosmología que es el estudio del
ser físico, la psicología que es el estudio del ser espiritual y la
teodicea que es el estudio del ser divino.
La filosofía práctica estudia todo lo hecho por el hombre y comprende temas
como la ética, la religión, la historia, etc.Lo cierto es que la respuesta a la
pregunta ¿qué es la filosofía? ha variado a través de la historia de la
humanidad.
Conclusión
La filosofía (del latín philosophĭa,
y este del griego antiguo φιλοσοφία,
'amor por la sabiduría') basa su estudio en una variedad de problemas
fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje. Al abordar
estos problemas, la filosofía se distingue del misticismo, la mitología y la religión por su
énfasis en los argumentos racionales, y de la ciencia porque
generalmente lleva adelante sus investigaciones de una manera no empírica, sea
mediante el análisis conceptual, los experimentos mentales, la especulación u otros métodos a priori, aunque sin
desconocer la importancia de los datos empíricos.
La filosofía
occidental ha tenido una profunda influencia y se ha visto profundamente
influida por la ciencia, la religión y la política
occidentales. Muchos filósofos importantes fueron a la vez grandes científicos,
teólogos o políticos, y algunas nociones fundamentales de estas disciplinas
todavía son objeto de estudio filosófico. Esta superposición entre disciplinas
se debe a que la filosofía era una disciplina muy amplia. En la actualidad, su
alcance es más restringido, y se caracteriza por estudiar las cuestiones más
fundamentales y generales.
Bibliografía
Herrera
Heiller y ortos. Enciclopedia Educativa Galileo. Editorial Edicol.
Santiago de Cali. Colombia