LITERATURA GENERAL. Perspectiva reflexiva



REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO RURAL “EL MÁCARO”
CENTRO DE ATENCIÓN SAN JUAN DE LOS MORROS
COHORTE 2011-2


LITERATURA GENERAL
Perspectiva reflexiva


FACILITADORA:                                                              
PROF. ANGELA ESCALA
PARTICIPANTE::
GARCÍA, YOLY

Enero, 2014


LITERATURA GENERAL

Desde la antigüedad los hombres comenzaron a filosofar movidos por la admiración  y siguen haciéndolo, en ese surgimiento de grandes filósofos tenemos a Sócrates y Platón  como autores de la ética y Aristóteles descubridor de la lógica. En ese principio de búsqueda de la verdad y explicación mitológico- religiosa del mundo y los fenómenos naturales que lo rodeaban, se enfocaban también en la explicación del nacimiento y la muerte del hombre, esas influencias mitológicas son apreciables en muchos pensadores de la antigüedad quienes procuraron narrar esas grandes aventuras de los hombres en un ambiente místico.  En cuanto al arte y la arquitectura se caracterizan por la coexistencia de diferentes corrientes estilísticas.  La literatura  y la filosofía  se distinguen por el hecho de adoptar una actitud cosmopolita, se aprecia en las narrativas las creencias, los valores, las costumbres, los héroes y los grandes acontecimientos de la vida del hombre en relación con los dioses. La mayor fuente de información  sobre la sociedad griega de los siglos XI y X a.C. son los poemas épicos La Iliada y la Odisea (compuestos hacia el 800 a.C.), atribuidos a homero  y elaborado sobre un cuerpo de narraciones que se transmitió oralmente entre varias generaciones.

En la Edad Media, los temas centrales son la relación entre fe y saber  y el consecuente intento de superar la aparentemente incompatible oposición de verdad revelada y conocimiento filosófico. Se destaca la narrativa basada en la caballería, una de las clases más importantes de la edad media formada por los caballeros o guerreros a caballo, con capacidad económica suficiente para poseer un caballo y tener un ayudante a pie o en asno, eran entrenados para el combate y formaban parte de la vigilancia del castillo, defendía la iglesia contra los infieles, su patria y luchaba por el amor de su vida. El heroísmo fue considerado en la sociedad feudal como una de las más altas virtudes. Las hazañas de los caballeros en defensa  de la fe, sus luchas en las Cruzadas y la conquista del Santo Sepulcro se hicieron leyenda, recordándose en cantares y poemas épicos. Estos inmortalizaron a personajes como Carlomagno, Rolando,  Ruy Díaz de Vivar (El Cid),  Fernán González y otros. La leyenda de los caballeros  de la Mesa Redonda del Rey Arturo ha sido fuente de inspiración para escritores de épocas posteriores. Todas esas obras exaltan la audacia, la fidelidad, la valentía y un fuerte sentimiento religioso de los caballeros, sentimiento que proclamaban pero poco observaban en la práctica. Obras de la época como La Divina Comedia de Dante Alighieri, reflejan el temor al infierno y la creencia en la vida eterna. Por su parte, las crónicas de los cruzados mostraron a la cerrada sociedad feudal mundos y culturas hasta entonces desconocidos y ampliaron  sus perspectivas más allá de su estrecho entorno.

Posterior a esta Edad Media, surge el inicio de la modernidad, tiempo de transición “El Renacimiento”,  en ese contradictorio panorama apareció el humanismo, cuyas manifestaciones se expresaron en la literatura. El concepto de Renacimiento  va ligado al de humanismo. En sentido estricto, el humanista era el estudioso de la literatura clásica,  las letras <<humanas>> por excelencia. La noción del devenir del tiempo cambió, en el sentido de romper con la idea medieval de un tiempo histórico atado a los acontecimientos religiosos, para sustituirlo por nuevas etapas históricas. En consecuencia, se concibió  el siglo XV como una edad de oro, reflejo de la edad de oro clásica grecorromana, y entre las dos una etapa intermedia, a la que llamaron Edad Media. La influencia del Renacimiento alcanzó a buena parte de Europa. En España lo siguieron Lope de Vega, Miguel de Cervantes y Pedro Calderón de la Barca; en Francia, Francois Rabelais y Michel de Montaigne, en Inglaterra,  William Shakespeare.

En cambio, la literatura del siglo XIX, muestra el romanticismo de Europa y España. Fueron dos los acontecimientos  que marcaron el final  del siglo XVIII y que influirían  decididamente en la nueva manera de pensar: La Revolución Francesa y el liberalismo económico. El romanticismo es atreverse a vivir, llegar hasta las fibras íntimas de nuestro ser, meterse en los caminos interiores en busca de lo más profundo que hay dentro de nosotros. Enmarcado en esta nueva tendencia de pensamientos, la narrativa comenzó a desarrollarse en las emociones y sensaciones de los seres humanos, todos los derechos concedidos en el corazón, buscando el verdadero espíritu de la libertad rescatando el amor por la patria. Algunos tópicos románticos que se reflejan en la literatura de la época son: el sueño, el pasado, la muerte, la noche, la naturaleza, la mujer, el agua, el rojo, el negro y el blanco y las cartas.

Por último, en el Modernismo Latinoamericano, los escritores querían pensar distinto, por tal razón, buscaron un lenguaje nuevo para expresarse. Estaban cansados con los relojes excesivos del romanticismo, del amor conyugal, de la política, entre otros aspectos. Pretendían fundar nuevas maneras de sentir y expresarse. En su búsqueda, consideraron a la actividad literaria superior al ejercicio de la política y observaron a la mujer con otros ojos: los de la sensualidad y la perversión. Al igual que los europeos, perdieron la fe tradicional. La expresión literaria se realizó con más libertad de expresión sin considerar en muchas producciones las normativas para un ideal estético,  se usó un nuevo lenguaje para hablar de nuevas realidades; una vuelta a todo, inclusive al concepto de Dios y  de belleza.

La sociedad avanza y con ella las expresiones literarias que van adaptándose a las evoluciones de la época, los escritores se ajustan a la incorporación de elementos económicos, políticos, tecnológicos, religiosos pero desde una perspectiva ecuménica o universal.