BIBLIOTECA COMUNITARIA JOSÉ GUMERCINDO ROJAS
BIOGRAFÍA
José Gumercindo Rojas (San Rafael de
Carvajal, Estado Trujillo, 14 de Enero de 1919- Altamira de Caos, Venezuela, 30
de Abril de 1978)
fue comisario local, agricultor, partero, estadista, visionario, botánico y
luchador social venezolano. Hijo de
Bacilio Matheus y Quiteria Rojo (Rojas). Se casa con Benita Linares, mujer
ejemplar, comerciante y administradora innata de las producciones agrícolas,
tuvieron catorce hijos. Rojas fue un esposo, padre, vecino, compañero y amigo
ejemplar, sus hijos mayores fueron
formados con principios y valores religiosos y morales, respetaban y obedecían
cada una de las normas de convivencias establecidas en casa, a cada uno le
asignaba una tarea que debían cumplir al pie de la letra, cuando lo hacían
enojar no comía ni tomaba café, disminuía su nivel de estrés acariciando su
bigote. Habitaron en un pueblo llamado Altamira de Caos en el estado Trujillo,
allí creció su familia, trabajaron las grandes extensiones de terreno fértil
disponible para la siembra. Conocía los
tipos de tierras aptos para cada rubro, se guiaba por el método lunar, y se
dedicaba a sembrar grandes plantaciones de plátano, cambur, yuca, aguacate,
guama, ocumo chino, café, cacao, y cualquier planta frutal que se daba en cada
temporada. Usaba la siguiente frase frecuentemente “Sino como yo, comerán los demás”, expresa sin egoísmo alguno su
solidaridad y garantía de producción para sus próximas generaciones, no sólo
pensaba en el bienestar de la familia sino del colectivo, se desempeñó como
comisario del pueblo, fue un hombre firme y decidido, se encargaba del orden y
de dar soluciones de acuerdo a su nivel de competencia, en su defecto llevaba
los casos a la prefectura. Por su nivel de disciplina, constancia y
perseverancia se ganó el respeto de la comunidad que sabían cumplir las órdenes
y acatar las normativas de las mismas de acuerdo a las leyes. Su preocupación por el comité de agricultores que hacían vida
en el pueblo, lo motivó dirigirse a la
ciudad de Caracas con el fin de plantearle al Presidente de la República las
situaciones que les aquejaban. Se dedicaba a la lectura de diversos libros de
medicina, botánica, Leyes, la Biblia, Cábala, y algunas literaturas. Atendió varios partos logrando salvar la vida
de ambos, siempre estaba presto a atender a todas aquellas personas que
necesitaban de su colaboración.
Rojas fue
acompañado siempre por su hija Braulia que llamaba siempre “carrucha”, quien
aprendió junto a él a labrar y sembrar las tierras, aporcar y deshojar las
plantaciones de plátano y cambur, relata cuando recibían visita a la hora del
desayuno o almuerzo, invitaba a sentarse a la mesa al vecino para compartir con
alegría los alimentos. Tomaba su taza de café puntualmente a las cuatro de la
tarde cada día, era su hora del café, sus hijas lo complacían. También le gustaba
las flores, disfrutaba observarlas detallando las características de cada una,
la diversidad de colores conmovían su corazón, era la expresión de la armonía y
equilibrio espiritual. Cuando su hija Braulia tuvo a su primera hija Yoly, fue
presentada ante él, a quién llamó también “carruchita”, sólo pudo tenerla y
consentirla entre sus brazos cuando su hija lo visitaba. Lamentablemente, tres
mes después de nacida su nieta, Rojas falleció, murió de afecciones estomacales
causada por una bebida consumida que le ofrecieron unos desconocidos.
Su hija Braulia
siempre transmitió vía oral su experiencia de vida junto al abuelo, contaba
cada relato, logrando influenciar a sus hijos, dejando un legado generacional
de un padre ejemplar, luchador social, dedicado a su familia y la comunidad,
solidario, colaborador, atento a las necesidades de su prójimo, honesto, y sus
acciones siempre fueron enmarcadas en la justicia, equidad e igualdad.
Esta historia motivó a la profesora Yoly García a honrar a su abuelo, por eso este espacio educativo lleva su nombre, inspirado en las actitudes y aptitudes de un hombre entregado a la labor social.