EL
DOCENTE FRENTE A LAS NUEVAS DIMENSIONES EPISTÉMICAS
Y
PRAXIOLÓGICAS EN LA ENSEÑANZA DEL SIGLO XXI:
UNA
HERMENEUSIS DIDÁCTICA EN EL ESCENARIO DE
LA
UNIVERSIDAD RÓMULO GALLEGOS
Participante: profesora Yoly García
TEMÁTICA
La universidad a través de la docencia universitaria, sea verdadera mediadora en esta Sociedad del
Conocimiento, contribuyendo a la construcción de una nueva sociedad, más justa
y humana, más solidaria y responsable de su porvenir, articulando razón y
liberación. Empeñada en una acción decidida y eficaz en la construcción de una
nueva sociedad en aras de la paz, el consenso, la participación. Dispuesta a la
democratización del conocimiento, a fin de mejorar la calidad de sus servicios
a los ciudadanos, donde los valores humanos sea razón de ser de su gestión y
proyección, en un mundo en constante cambio.
Por otra parte, la profesión docente,
como lo señala Alanís (2002), se ejerce en un contexto social en donde
confluyen conflictos, preferencias culturales y políticas; las agrupaciones
profesionales, los sindicatos, los partidos políticos, las creencias y las
instituciones (p.16). Por ello, la docencia no puede verse como una profesión
aislada del contexto social al cual pertenece, sino que su desempeño requiere
adaptarse a las múltiples variables paradigmáticas, políticas, sociales,
económicas y culturales del país y participar directamente como un actor
activo, para intervenir en los cambios y transformaciones que exige la sociedad
actual.
Sin embargo, Alanís (2002), considera
que en el proceso de formación de docentes o en profesionales de cualquier
carrera, pueden presentarse tres modelos de relación pedagógica: la que
corresponde a la pedagogía individual, que privilegia la relación de tutoría
entre el preceptor y el discípulo; la otra relación, denominada pedagogía de
élite o la formación de especialista; y finalmente, se destaca la relación
pedagogía colectiva, cuya expresión es la conocida pedagogía de aula con grupos
más o menos numerosos.
La primera de las relaciones se
identifica más con la época medieval, por lo que se puede decir, que
corresponde a la escuela de la
Edad Media. La segunda relación es característica de una
pedagogía para la formación de grupos restringidos, donde el especialista
ejerce sobre los estudiantes una influencia directa, tanto a niveles teóricos,
ideológicos y técnicos, en lo que concierne al dominio y práctica de la
especialidad en cuestión. La tercera
relación es característica de las escuelas de masa; es frecuente observarla
tanto en las instituciones educativas públicas como en las privadas, su
principal objetivo es la atención a grupos numerosos.
De manera particular, en la profesión
docente se encuentran con mayor frecuencia los escenarios de la primera y
tercera relaciones; escasamente se llega a
dar la pedagogía de élite. Visto así, cabe destacar que en el país dada
la masificación de la educación, la relación que por lo general que se
desarrolla, es la pedagogía colectiva.
Por otra parte, en la actualidad ya no
se sostiene con facilidad la tesis de que la profesión docente es un
apostolado, ya que es necesario concebirla desde la perspectiva de la
competencia. Es decir, se ha de exigir
dominio científico y capacidad técnica para ejercerla en situación real.
El paradigma del pedagogismo en la formación de profesores está agotado. Se
perfila ahora el paradigma de la competencia profesional, un esquema
conceptual y operativo basado en la
demostración de las capacidades teóricas y técnicas en el campo profesional. En
consecuencia, es urgente la ruptura del paradigma de la escolarización y la
transmisión de conocimientos absolutos como única opción de seguridad de
calidad y competencia; de hecho, las profesiones se construyen y transforman a
partir del mercado de trabajo.
De lo antes expuesto, puede entenderse que la docencia
universitaria en los escenarios del siglo XXI, requiere cambios y
transformaciones estructurales y hasta radicales, y esta manera pueda adaptarse
a las exigencias de la misma, donde la innovación, la creatividad y la
utilización de estrategias cada vez más científicas y tecnificadas son
componentes de primer orden; por ello, el profesional docentes que surge de las
aulas de hoy se le exige un amplio conocimiento y dominio disciplinar del
proceso educativo, tanto en la realidad que se enfrenta como la que se perfila
a mediano plazo; para que sí adquiera el papel de traductor de necesidades
sociales colectivas y desarrolle propuestas alternativas de solución frente a los
problemas detectados.
Para ello, como lo plantea
Askin
(2003), el profesor universitario, requiere dejar
a un lado, la clase expositiva, la exigencia
memorística de los resultados a través de exámenes tradicionales, subjetivos e
insuficientes, entre otros aspectos, lo
que conlleva al desarrollo de un proceso de aprendizaje limitado, lo que se
aleja de lo que debería ser la docencia,
que exige los escenarios globalizados del Siglo XXI, así como a las nuevas epistémicas y praxiológicas de la enseñanza; situación que se observa en
las universidades del país, entre éstas, la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos
(UNERG).
De
igual modo, la docencia es un objeto de estudio de complejas dimensiones.
Abordarla desde su desempeño en entornos
actuales y desde el desarrollo de escenarios educativos en constante evolución,
requiere
de un estudio riguroso así como de recientes argumentaciones analíticas.
Además, impone revisiones y reflexiones sustentadas; es decir, el análisis de
un objeto de estudio en constante expansión, exige el ejercicio del pensamiento
crítico, para alejarse de posiciones extremas, con las que simplemente se está
a favor o en contra, posturas que
sólo ponderan o alarman, sin analizar, evaluar y proponer. Por lo tanto,
para este tipo de investigaciones, resulte fundamental el análisis de las
características de determinadas circunstancias, más que la simple enumeración
maniquea de sus virtudes o deficiencias.
En este orden de ideas, se plantea una investigación con el fin de
conocer a profundidad la situación planteada asociada con el rol del docente del siglo XXI frente a las nuevas
dimensiones epistémicas y praxiológicas de la enseñanza, utilizando como contexto la Universidad Nacional
Experimental Rómulo Gallegos (UNERG), y de esta manera obtener una hermeneusis didáctica sobre el rol del docente del siglo XXI frente a
las nuevas dimensiones epistémicas y praxiológicas de la enseñanza Para ello, la investigación se orientará en dar
respuesta a la siguiente interrogante:
¿Cómo
se puede interpretar el rol del
docente frente a las nuevas dimensiones epistémicas y praxiológicas de la
enseñanza del siglo XXI, en el escenario de la Universidad Rómulo
Gallegos?
Propósito
Generar una hermeneusis
didáctica sobre el rol del docente frente a las nuevas dimensiones epistémicas
y praxiológicas de la enseñanza del siglo XXI, en el escenario de la Universidad Rómulo
Gallegos
Matriz Epistémica
Perspectiva Epistémica de la Investigadora
La perspectiva
epistémica de la investigadora, lo constituye el esfuerzo en aquellos aspectos
que fundamentan la investigación y que posibilitan leerla de forma adecuada. Al
respecto, Martínez (2004), señala que consiste en el modo propio y peculiar de asignar significados a las cosas y a
los eventos, es decir, en su capacidad
y forma de simbolizar la realidad. En este sentido, los supuestos que
enmarcan la posición epistémica de la investigadora, se describen así:
Epistemológicos. El conocimiento se fundamenta en la interrelación entre
el entrevistador y los sujetos informantes en función de la búsqueda de la
subjetividad, a través de la percepción
y expectativas de los sujetos significativo que permite el acercamiento de esa
realidad; es decir, como conceptualizan, como ven los sujetos
informantes, el rol
del docente frente a las nuevas dimensiones epistémicas y praxiológicas de la
enseñanza del siglo XXI
Ontológico. Desde este nivel, la investigación cualitativa se define
por considerar la realidad como dinámica, global y construida en un proceso de
interacción con la misma. El objeto a indagar está constituido por las
vivencias sobre el rol
del docente frente a las nuevas dimensiones epistémicas y praxiológicas de la
enseñanza del siglo XXI
Axiológicos. Este aspecto corresponde a la concepción del mundo que
tiene la investigadora y la importancia
que éste le da a la temática a estudiar; al respecto, Martínez (2004), señala
que la investigadora nunca puede despojarse de los valores que alimentan, guían
y dan sentido a su ejercicio profesional. Los valores personales, intervienen
de manera inevitable en la selección de los problemas, en el marco teórico que
se escoge, en métodos, técnicas y
recursos que se emplean en su solución; por consiguiente, son estos valores
personales los que guían las interpretaciones de los resultados.
Metodológicos. Los modos
de producción de conocimiento, es
inductiva, la cual, como lo refiere Goetz y LeCompte (1988), comienza con
la recogida de datos, mediante la
observación empírica o mediciones de alguna clase, y a continuación se
construye, a partir de las relaciones descubiertas, sus categorías y
proposiciones teóricas. Pretenden descubrir una teoría que justifique la
información. Mediante el estudio de los fenómenos semejantes y diferentes analizados,
desarrolla una teoría explicativa.
Teleológicos. La dimensión teleológica del estudio se relaciona
directamente con el propósito de la investigación, en otras palabras conocer las opinión de los docentes acerca del rol del docente frente a las nuevas dimensiones
epistémicas y praxiológicas de la enseñanza del siglo XXI; al respecto, Taylor y Bodgan
(1994), hacen referencia a aprehender del proceso de interpretación intentado
ver las cosas desde el punto de vista de otras personas.
Por lo tanto, asumirá paradigma emergente (cualitativo), debido a
que permite el descubrimiento de fenómenos nuevos y la descripción de los
mismos; bajo el enfoque de la investigación de la fenomenología, ciencia de los fenómenos que se manifiestan a
través de la conciencia. El método a que se ajustará a esta investigación es el hermenéutico, que facilitará
la comprensión del texto escrito, de las palabras de los informantes del
estudio y de los teóricos.
BIBLIOGRAFÍA
Alanis,
A. (2002). El saber hacer en la profesión
docente. Editorial Trillas. México.
Askin,
S. (2003), La educación
superior. Algunos de los más recientes progresos. Buenos Aires: El Ateneo
Goetz, J.P. y LeCompte, M.D. (1988). Etnografía y diseño cualitativo en investigación
educativa. “Evaluación del diseño etnográfico”. Madrid. Ediciones Morata
Martínez,
M. (2004). La
Investigación Cualitativa Etnográfica en Educación. Manual
Teórico-Práctico. Editorial Trillas. México.
Taylor, S.
y Bodgan, R. (1994). Introducción a los métodos cualitativos. México: Paidós.
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